Estos días, con la excusa del Samaín o Halloween me he sentido con ganas de hablaros sobre una peli muy especial que vi hace ya tiempo, por recomendación de un buenísima amiga.
Coco es un pretexto precioso para pararnos a reflexionar y ayudarnos a comprender que el final de la vida forma parte de la misma, y que sembrar y trabajar nuestro vínculo y relación con él, desde una perspectiva de aceptación y normalidad, puede ayudarnos a vivir mejor, ser más felices.
En una sociedad como la nuestra, donde se tiende a «ningunear» y «maquillar» el hecho de que todas las personas nos enfermamos, deterioramos, y finalmente morimos, películas como Coco resultan incluso necesarias.
Coco es una historia de amor y aventuras donde, una vez más, la música se convierte en protagonista, tomando un papel muy importante en el desarrollo de la historia.
Tomando como referencia la festividad mexicana del «Día de muertos», esta película puede ser una manera divertida y emocionante de introducir en los más peques una valiosa idea acerca del sentido que tiene la muerte dentro de nuestro ciclo vital, aportándole esa naturalidad de la que carecemos en estos mundos modernos de occidente.
De buenas a primeras, entiendo que hasta puede llegar a resultarnos un poco inadecuado el pensar en introducir esta temática en personas de tan corta edad, pero realmente ellas suelen interesarse a menudo, lo cual es lógico, por asuntos existenciales que para la gente adulta resultarían bastante incómodos. Los más peques lo hacen desde la inocencia, con espontaneidad, curiosidad y de un modo muy natural.
Yo creo que es positivo abordar este tipo de cosas sin miedo, siempre comunicando de un modo que resulte sencillo de comprender, teniendo en cuenta el momento evolutivo, y la ocasión.
Los cambios más revolucionarios comienzan por pequeños gestos así.
Yo quiero para el futuro una sociedad consciente, crítica y conocedora de los devenires de esta vida, aunque impliquen una gestión emocional más compleja.
En fin, no me enrollo más. ;)
Aprovechad estos días de «vacas» para ver Coco. Creo que puede ser un planazo. :D
Quiero despedirme con un fragmento del prólogo de «Para siempre», un libro precioso de Camino García, que me recomendó una mami que viene a mi centro, y yo os recomiendo. También muy apropiado para trabajar el tema del fin de la vida y el duelo con los más pequeños, y no tan pequeños. ;) :
«No debemos esconder o maquillar la muerte. Desde la niñez, es preciso integrarla en nuestra biografía como un hecho más de la existencia. Como las flores en primavera y los días grises otoñales, hay que naturalizar la muerte».
Ramón Vayés