Al cambiar de mirada podemos descubrir rincones bajo las sombras, que pueden aportarnos mucha luz.
¿Te acuerdas de aquel gusano que le sugirió a la «prota» de la película «Dentro del Laberinto» que no diese nada por sentado?
La afinación es un convencionalismo más. Dependiendo del lugar del mundo en el que estés, o de lo que vayas a hacer, los sonidos se regulan conforme a un parámetro u otro.
Un día de 1936, unas personas decidieron que el La4, el que está a la izquierda del Do central en el piano, serviría de referencia para encontrar el resto de notas. Para que todo esté «bien» debe ir en función de ese La a 440 Hz.
Y lo entiendo, esto nos facilitó la vida, un montón según para dónde y para qué. Con este post no quiero decir que tenga nada de malo tomar una frecuencia como referencia para organizar un sistema.
Pero, como digo, todo es relativo, y depende del contexto, la mirada, o la oreja con la que se «mire».
Por si no lo sabías, no en todos los lugares del mundo se afina tomando esto de referencia. Ponte un disco de sitar y comprenderás lo que te digo…
¿Acaso en Asia utilizan las notas incorrectas?
En mi sala, este aparato es una «brújula de sonidos».
¿Por qué?
Pues porque si en una de mis sesiones a alguien le da por curiosear el guitalele a fondo y poner el clavijero a su gusto, de vuelta y media, adelante y atrás (mi guitalele tiene incluso marcas de dientes, si quieres otro día te hablo sobre esto). Mándame un MD al Instagram de Musicoterapiactiva.
Pues eso, si a alguien le da por curiosear y luego aparezco yo y le digo que «voy a afinar y poner la cosa bien»… ¿Qué crees que sucederá a continuación?
Te lo cuento yo:
Se acabó el juego, y «adiós muy buenas» a la curiosidad y la exploración.
¿Por qué les digo que es una «brújula de sonidos»?
1 – Porque lo es. Es un aparato que te permite encontrar los sonidos que estás buscando si sabes cómo manejarlo, en incluso identificar otros que has encontrado por casualidad y no quieres que se te escapen.
2 – Porque quiero que sepan que no existe una manera única de relacionarnos con la música.
3 – Porque quiero que duden y que se cuestionen las cosas, no que piensen que hay un único camino «bueno» para experimentar y descubrir el mundo.
4 – Porque deseo provocar más curiosidad. Después de buscar los sonidos suelen querer hacerlo por su cuenta. Además, una brújula siempre da pie para buscar nuevas aventuras.
5 – Porque de esa exploración libre, sin condicionamiento de lo que suena «bien» o «mal», suele aparecer la auténtica identidad sonora, bailando a sus anchas. Pura magia vaya.
Por si tenías dudas, sí, también les cuento que su segundo nombre es afinador, pero… Dime la verdad. ;-)
¡Brújula de sonidos mola mucho más!