Hoy, al menos en el lugar en el que yo vivo, termina el curso, los coles y tal, y dan comienzo las vacaciones de verano.
Publiqué en Instagram este post sobre «Mi fiesta de fin de curso», para cerrar otro ciclo con un poco de humor.
Sé de buena tinta que más de una personita de las que asisten a Musicoterapiactiva se apuntaría a esa fiesta sin pestañear.
Como sociedad, entiendo que es importante que se establezcan ciertos «hábitos», «maneras de hacer», «costumbres», o como queramos llamarle. Pero qué bello sería darle una vuelta de vez en cuando a la mítica frase: «Se hizo así de toda la vida» para lograr que estas maneras fuesen un poco, ya no pido más, inclusivas.
Quien me conoce bien sabe que soy una persona «peculiar», Susan Cain, de la que traje un post hace tiempo, me definiría probablemente como una persona «ambivertida». A mí no me van las multitudes ni la gran «pompa y circunstancia» pero comprendo la dinámica y algunas veces puedo elegir no formar parte.
Muchas personas, «neurotípicas» o «neurodiversas», llámale X, ni entienden ni tienen la oportunidad de elegir.
Este año estoy celebrando mis 20 años de carrera profesional y reflexionar más sobre todo esto y darle más voz, forma parte de mi fiesta, la de fin de curso y la de seguir adelante con este viaje a Itaca.
Aprovecho este final de curso para despedirme con este temazo que me ronda la cabeza desde hace semanas.
Voy camino de Plutón a ver qué me cuenta.