Estos días atrás he tenido la ocasión de ver esta comedia francesa del año pasado que, además de entretenerme mucho y hacerme pasar un rato divertido, me ha dado para pensar sobre algunas cosas.
La película, dirigida por Patrice Leconte, trata sencillamente de Michel, un melómano empedernido, y la serie de diversas circunstancias por las que tendrá que pasar para poder dedicar únicamente una hora de su tiempo a disfrutar de un disco que ha conseguido recientemente.
Es cierto que al ser una comedia no falta el toque divertido aunque las situaciones que se dan resulten bastante dramáticas.
Para Michel, es crucial poder disfrutar de su disco. Nada en el mundo es más importante en ese momento y sin embargo, parece que todo a su alrededor se confabula para que a cada instante haya algo más importante que atender.
Para mi, se plantea de forma jocosa una linda reflexión acerca de la importancia de las cosas que parecen de lo más pequeñas e insignificantes, pero que en última instancia, son las más valiosas y las que permanecen a pesar del paso del tiempo. Aquí la música juega un papel importante.
Os invito a verla y si os apetece, a darme vuestra opinión.
Emocionante final… No os la perdáis.