…pues que baje a jugar porfa. ;)
Quién me iba a decir a mí que la siguiente vez que me pusiese a postear en el blog, quedar para tomar un café con amigos sería una escena tan exótica como ver un camaleón cruzando la Gran Vía de Madrid.
Han sido meses de silencio. Un silencio necesario para parar, tomar aire, perspectiva y recalcular ruta.
Un silencio vestido de pandemia, que nos ha alcanzado a todos, de un modo u otro, y con la guardia baja.
Estos días se ha hablado mucho de reinventarse, aprovechar el tiempo y seguir siendo productivos sacando las labores que hacer de debajo de las piedras. Nos hemos vuelto más multitarea que nunca, y todo sin movernos de casa. Yo, al igual que mucha gente, hago lo que puedo. No os voy a engañar, por días me siento un poco como un pulpo en un garaje, dentro de una novela de Philip K. Dick.
Total, que allá por Marzo, la vida tal como la conocíamos comenzó a desdibujarse y dieron comienzo varias semanas de vuelcos en el estómago, incertidumbres y nuevas realidades, que cada quien hemos ido asimilando de modos muy diferentes, y como hemos podido.
Ahora, aunque ya vamos viendo la luz al final del tunel, no debemos dejar la precaución atrás, pero sí poco a poco vamos volviendo a la vida, como dirían «Pink Floyd» en su temazo del disco «Pulse».
Este tiempo me está sirviendo para mucho. Pensar, leer, escuchar, aprender, respirar y replantearme nuevas maneras de enfocar situaciones, encajar problemas, buscar soluciones, y sobre todo relativizar. Es curioso lo poco que importan ciertas cosas que parecían tan serias cuando se te viene encima un problema de verdad.
Aunque gran parte de mi agenda profesional se ha desmoronado como un castillo de naipes, todo tarde o temprano se va recolocando. Moraleja: Vivir más día por día, no dar nada por sentado, y aprender a abrazar el caos.
Finalmente todo se va recolocando sí, pero en lugares diferentes a los que esperábamos. Bueno, el caso es que se recoloca, qué carais.
Musicoterapiactiva reabrirá sus puertas, si todo va bien, el próximo mes de Septiembre.
Este año el fin de curso casi se ha juntado con el comienzo, pero de seguro en pocos meses volveremos con más fuerza y ganas que nunca.
En estos días he sentido muchas cosas diferentes esperando la «nueva normalidad».
Después de todo, creo que lo que me ha mantenido a flote con la sonrisa puesta, en medio del vendaval, son tooodas las ganas que tengo de seguir creciendo hacia delante, y una inmensa gratitud hacia todas las personas que habéis estado ahí durante estas semanas tan complicadas y no habéis dejado de apoyarme desde el primer día.
¡GRACIAS DE CORAZÓN!
¡Ya no queda nada para volver a encontrarnos!
Mientras tanto, intentaré tener el blog más activo. ;)
¡Abrazo musical!